viernes, 25 de febrero de 2011

CIRCO FREAK

Cuenta la historia, que dentro de una gran jaula de hierro, se encontraba un grupo de personas que habían decidido convivir allí durante un tiempo, a modo de reality show. 
La mujer gorda, revoleaba sus caderas y amanezaba con sus brazos regordetes, que golpearía a alguien si el precio de la carne no bajaba.
El político con su barba pulcramente recortada, limpiaba casi obsesivamente su traje mientras hablaba por teléfono con un colega sobre la próxima reunión.
La mujer elegante lloraba porque su adorable perrito había desaparecido días atrás. Su marido la miraba pensativo y asustado, porque creía que había descubierto que se acostaba todos los jueves con su mejor amiga, en un hotel de mala muerte. 
El niño gritaba desesperadamente, porque se había raspado la rodilla, y su madre no estaba allí, para sanarlo con un beso.
La adolescente se miraba en el espejo y lamentaba haber comido ese alfajor de chocolate, pues la remera le quedaba ajustada y la hacía ver "gorda".
El anciano, sonreía al recordar la primera vez que remontó un barrilete... allá por mil novecientos treinta y tantos. 
El metalero se peinaba su larga y mugrienta barba, y recordaba la noche de sexo desenfrenado que había tenido el mes pasado con la madre de su amigo.
Un vagabundo ansiaba con todas sus fuerzas un gran filete de carne jugosa para comer con su perro. 
El profesor trataba de disimular el bulto que se erguía entre sus piernas, al pensar en la alumna púber que llevaba su camisa a medio abrochar y su pollera a tablas que jugueteaba con el viento.
La madre deseaba haber abortado a su último niño. "Ya tengo 41, no estoy para estos <trotes>, y para completar, mis caderas se ensancharon", decía.
El hippie que no llegaba a los 17 años, imaginaba como sería su primera vez, y se relamía los labios mientras aspiraba una línea de su <religión>. 

Todo el grupo era controlado por un ser anónimo, q se hacía llamar el "domador".
Desde lo alto, en una plataforma de vidrio, observaba a estas personas y soltaba carcajadas demoníacas cada vez que veía una acción que le resultara graciosa.
-Aquí persiste el más apto... sobreviven los más fuertes. No hay chance para los débiles... mucho menos para los soñadores- Gritaba, y lanzaba su látigo de cuero, sobre los barrotes de la jaula.
-¡Resistan, marionetas!, ¡el show no ha comenzado!. ¡El circo sube el telón justo a la medianoche! ¡Quién no esté preparado para esa hora, no recibirá su premio, sino que será castigado!- Le anunciaba El Domador a sus esclavos, y los saludaba sacándose la galera con un gesto elegante.

3 comentarios:

  1. Muy bueno Lú! Toda una metáfora de la vida actual, regida como en este circo, por la lucha del más apto. Me gusta esa palabra que utilizas, esclavos, creo que, de todas maneras, a diferencia de los personajes de este circo, podemos hacer algo con todas esas determinaciones que día a día reposan sobre nosotros, y ahí se juega nuestra pequeña porción de libertad.
    Que bueno que estés por acá!

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  2. Gracias diego por tu analisis!!
    si.. este lugar me parece màs acertado para subir mis pequeñas cositas... ahora "pispeo" el tuyo!

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  3. te quiero geniaaaaaaa. son muy lindos esos ojos que tenés para ver el mundo

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